“Es Jesús mismo quien toma la iniciativa y llama a
seguirle. La llamada está dirigida sobre todo a aquellos a quienes confía una
misión particular, empezando por los Doce; pero también es cierto que la
condición de todo creyente es ser discípulo de Cristo (cf.Hch 6, 1). Por esto,
seguir a Cristo es el fundamento esencial y original de la
moral cristiana: como el pueblo de Israel seguía a Dios, que lo
guiaba por el desierto hacia la tierra prometida (cf.
Ex 13, 21), así el discípulo debe seguir a Jesús, hacia el cual
lo atrae el mismo Padre (cf.
Jn 6, 44).” Juan pablo II
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